Conociendo a Grandal

A Grandal no lo conocí en persona, nunca coincidimos en los espacios de interés con foco en la fotografía. Sin embargo, tuve referencias -buenas referencias- de colegas y amigos que reconocían y estimaban su trabajo. Otras recomendaciones -a mi entender las más significativas- llegaron de quienes aprendieron el oficio guiados por este fotógrafo cubano asentado en Venezuela desde hace muchos años. También supe que, además de los nexos afectivos, la fotografía era punto de encuentro con su esposa Gilda con quien compartió salas de exhibición y que su hija Kelly había desarrollado sensibilidad y vocación hacia el mundo de las artes, las letras y la docencia.

Por influencia y curiosidad me fui aproximando a su trabajo a través de algunas  publicaciones especializadas.

Vida en el más acá

Durante muchos siglos el ser humano ha indagado sobre la existencia de la vida después de la vida, en el llamado “más allá”.

Con intuición, más que con convicción, sabía que la vida no acababa aquí, que seguramente había algo más.

También nos hemos preguntado si estamos solos en el universo o, si por el contrario,  es co-habitado por otro tipo de vida, tal vez con inteligencias superiores que nos observan con atención dispuestos a invadirnos en cualquier momento (el cine ha sido bastante creativo en el tema)